LOS MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO
Misteros Gloriosos
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Primer Misterio Glorioso: La resurrección del Hijo de Dios
«El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron: “¿Por qué buscáis ente los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado”» (Lc 24, 1-6).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
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Segundo Misterio Glorioso: La Ascensión del Señor al cielo
«El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios» (Mc 16, 19).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
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Tercer Misterio Glorioso: La venida del Espíritu Santo
«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (Hch 2, 1-4).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
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Cuarto Misterio Glorioso: La Asunción de María al cielo«Todas las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Señor ha hecho obras grandes en mí» (Lc 1, 48-49).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
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Quinto Misterio Glorioso: La coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado«Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12, 1).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria. |
¿Cómo se reza el Rosario?
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Se enuncia en cada decena el “misterio”, por ejemplo, en el primer misterio: “La Encarnación del Hijo de Dios”.
Después de una breve pausa de reflexión, se rezan: un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria.
A cada decena del “rosario” se puede añadir una invocación.
A la final del Rosario se recita la Letanía Lauretana, u otras oraciones marianas.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Letanías de la Virgen
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!